Sobrecarga sensorial y emocional: La intensidad combinada puede ser demasiado fuerte, llevando a un «bad trip» caracterizado por ansiedad, confusión o paranoia.
Agotamiento físico y mental: La duración prolongada del estado psicodélico puede resultar en fatiga significativa.
Imprevisibilidad: Los efectos de ambas sustancias son altamente dependientes del estado mental, el entorno (set and setting) y la dosis, lo que aumenta la probabilidad de una experiencia difícil si no se planifica adecuadamente.
Efectos potenciados: Ambas sustancias actúan sobre los receptores de serotonina, especialmente los 5-HT2A, lo que puede producir efectos sinérgicos. Esto significa que el estado psicodélico combinado puede ser más intenso que la suma de las experiencias individuales.
Profundidad introspectiva: Muchos usuarios reportan experiencias místicas o altamente introspectivas debido a la combinación.
Mayor duración del viaje: El LSD, que ya tiene una duración prolongada (8-12 horas), puede prolongar la experiencia inducida por la psilocibina.