Ansiedad o paranoia: El cannabis, especialmente en dosis altas o en personas propensas a la ansiedad, puede desencadenar emociones negativas que interactúan con las trufas, aumentando el riesgo de un «bad trip».
Sobrecarga mental: La combinación puede llevar a un estado mental abrumador, especialmente para usuarios novatos.
Desconexión o confusión: Los efectos de ambas sustancias pueden amplificarse de manera que resulte difícil procesar la experiencia o comunicarse con otros.
Fatiga o letargo: Aunque las trufas tienden a ser energizantes para la mente, el cannabis puede inducir un estado de relajación física que podría sentirse discordante con los efectos psicodélicos.
Aumento de la intensidad psicodélica: El cannabis puede potenciar los efectos visuales y emocionales de las trufas, haciendo que la experiencia sea más envolvente.
Relajación emocional: En dosis bajas, el cannabis puede reducir la ansiedad inicial de las trufas y ayudar a entrar en un estado mental más receptivo.
Mejora de la conexión sensorial: Los efectos sensoriales y musicales pueden intensificarse, lo que podría ser placentero en un entorno adecuado.