Mezclar Ketamina y THC tiene
un incremento del riesgo y debes tener especial cuidado.

Estas combinaciones no suelen ser físicamente dañinas, pero pueden producir efectos indeseables e inesperados, como malestar físico o sobreestimulación. El uso extremo puede causar problemas de salud física. Los efectos sinérgicos pueden ser impredecibles. Se debe tener precaución al optar por usar esta combinación.

Tipo de sustancias: Cannabinoides | Disociativas

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Efectos disociativos y alteración de la percepción: La ketamina es un anestésico disociativo que induce una sensación de desconexión del cuerpo y del entorno, mientras que el THC puede intensificar las alteraciones perceptuales. Juntas, estas sustancias pueden causar una experiencia aún más profunda de desorientación o desconexión, lo que puede ser emocionalmente perturbador o desestabilizador, especialmente si la persona no está acostumbrada a la ketamina o al THC.

Posible aumento de la confusión o ansiedad: La ketamina puede generar efectos psicológicos impredecibles, como paranoia, alucinaciones o pensamientos desorganizados, y el THC puede aumentar la ansiedad en algunas personas. Combinadas, existe un riesgo de que estas sensaciones se intensifiquen, lo que puede generar un mal viaje o una experiencia negativa, particularmente en personas sin experiencia con estas sustancias.

Dificultad para controlar la experiencia: Tanto el THC como la ketamina alteran la percepción del tiempo y del espacio, pero lo hacen de maneras diferentes. Mientras que el THC puede causar sensaciones de relajación o confusión, la ketamina puede llevar a la desconexión total de la realidad. Esto puede hacer que la persona pierda el control sobre su experiencia, lo que podría ser peligroso si no se encuentra en un entorno seguro.

Riesgo físico y coordinación: La ketamina afecta significativamente la coordinación motora y puede inducir una sensación de “no estar presente” en el cuerpo, lo que hace que sea difícil moverse o reaccionar con rapidez. El THC también puede afectar la coordinación, especialmente en dosis altas. Juntas, estas sustancias pueden incrementar el riesgo de caídas o accidentes si la persona se encuentra en un entorno donde se requiere movilidad o coordinación.

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Ketamina

Ketamina

¿Qué es?

Es un anestésico disociativo utilizado en medicina y veterinaria, pero también consumido de forma recreativa por sus efectos psicodélicos y de desconexión del entorno.

Efectos y Riesgos:

En dosis recreativas, la ketamina provoca sensación de relajación, alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio, y estados disociativos, donde el usuario puede sentir separación de su cuerpo y entorno. En dosis más altas, puede inducir experiencias intensas (“K-hole”) y pérdida total de contacto con la realidad. Sus riesgos incluyen confusión, náuseas, taquicardia y depresión respiratoria. El uso repetido puede causar dependencia psicológica, problemas urinarios graves (cistitis por ketamina) y deterioro cognitivo.

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THC

THC

¿Qué es?

El THC es el principal compuesto psicoactivo de la planta de cannabis. Es responsable de los efectos psicotrópicos asociados al consumo de marihuana y hachís, actuando sobre los receptores del sistema endocannabinoide en el cerebro y el cuerpo.

Efectos y Riesgos:

El THC provoca relajación, euforia, aumento del apetito y alteraciones sensoriales, como intensificación de los colores y sonidos. Sin embargo, también puede causar deterioro de la memoria a corto plazo, dificultad para concentrarse y pérdida de coordinación.

En dosis altas o en personas sensibles, puede inducir ansiedad, paranoia o episodios psicóticos temporales. Su uso prolongado puede generar dependencia psicológica y afectar la función cognitiva, especialmente en usuarios jóvenes. Aunque no es tóxico en sí mismo, fumar THC puede dañar las vías respiratorias. Su consumo debe ser moderado y consciente, especialmente en personas con predisposición a trastornos psiquiátricos.

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