Efectos opuestos en el sistema nervioso: El THC es un depresor leve que puede causar relajación y sedación, mientras que la cocaína es un estimulante potente que acelera el sistema nervioso central. Esta interacción puede generar una sensación de “montaña rusa” fisiológica, donde el cuerpo se esfuerza por equilibrar estos efectos opuestos.
Posibles efectos indeseables: Esta combinación puede aumentar la ansiedad, el ritmo cardíaco y el riesgo de paranoia, especialmente en personas sensibles al THC. Además, la cocaína puede amplificar la taquicardia que el THC a veces provoca.
Carga cardiovascular: Tanto el THC como la cocaína pueden aumentar el ritmo cardíaco y la presión arterial. Juntas, incrementan el riesgo de arritmias o problemas cardiovasculares, aunque esto es menos probable en dosis moderadas.