Efectos sobre el sistema cardiovascular: Juntas, estas sustancias pueden incrementar significativamente el riesgo de complicaciones cardiovasculares, como infartos de miocardio, arritmias o accidentes cerebrovasculares, debido a la sobrecarga simultánea sobre el sistema cardiovascular.
Efectos sobre el sistema nervioso: La combinación de ambos puede resultar en un aumento de la ansiedad, paranoia y confusión, ya que ambos aumentan la liberación de neurotransmisores en el cerebro, creando un estado de sobreestimulación neuroquímica que podría ser psicológicamente abrumador. Además, puede ser difícil para el usuario percibir la intensidad de los efectos, lo que aumenta el riesgo de consumir más cocaína o más tabaco, exacerbando los efectos dañinos.
Riesgo de sobredosis: La cocaína en dosis altas puede provocar una sobredosis, que se manifiesta con síntomas graves como convulsiones, falla cardíaca, hipertensión extrema o accidente cerebrovascular. El uso de tabaco mientras se consume cocaína puede enmascarar algunos de estos efectos, lo que puede hacer que el usuario subestime el riesgo de sobredosis, pensando que está en un estado más controlado de lo que realmente está.
Efectos sobre la salud mental y emocional: La combinación de tabaco y cocaína puede hacer que la persona se sienta más nerviosa o inestable emocionalmente, especialmente cuando los efectos de la cocaína comienzan a desvanecerse, mientras que la nicotina puede aumentar la ansiedad y el deseo de consumir más sustancias.
Riesgo de dependencia: La combinación de estas dos sustancias aumenta el riesgo de dependencia múltiple, lo que puede llevar a un ciclo de consumo compulsivo y a la dificultad de dejar ambas sustancias.