El consumo de semaglutida (principio activo de Ozempic y Wegovy) junto con alcohol no genera interacciones químicas directas graves, pero puede aumentar ciertos efectos secundarios gastrointestinales y complicar el control de la glucosa en sangre. Además, el alcohol puede contrarrestar algunos beneficios terapéuticos de la semaglutida y aumentar los riesgos en personas con diabetes tipo 2.
Efectos cruzados: El consumo de alcohol mientras se está bajo tratamiento con semaglutida puede aumentar la probabilidad y severidad de efectos secundarios, como náuseas, vómitos y malestar gástrico.
Aumento de efectos secundarios gastrointestinales: La semaglutida ralentiza el vaciado gástrico, y el alcohol, especialmente en cantidades moderadas o altas, puede irritar el estómago. Esto aumenta el riesgo de náuseas, vómitos, hinchazón o malestar abdominal.
Hipoglucemia: Aunque la semaglutida por sí sola no suele causar hipoglucemia, combinarla con alcohol puede aumentar este riesgo, especialmente en personas que toman otros medicamentos para la diabetes, como insulina o sulfonilureas.
Hiperglucemia: El alcohol puede interferir con la capacidad del cuerpo para metabolizar la glucosa. Bebidas alcohólicas con alto contenido de azúcar (como cócteles) pueden provocar picos de glucosa en sangre, complicando el manejo de la diabetes.
Deshidratación: El alcohol es diurético, lo que puede agravar la deshidratación causada por vómitos o diarrea, posibles efectos secundarios de la semaglutida.
Impacto en el control del peso: Para personas que usan semaglutida como parte de un tratamiento para la pérdida de peso, el alcohol puede ser contraproducente debido a su contenido calórico y al potencial para aumentar el apetito.
Si decides consumir alcohol mientras estás en tratamiento con semaglutida: hazlo con moderación, evita el alcohol si experimentas náuseas o vómitos frecuentes y consulta con un médico si tienes diabetes o estás usando otros medicamentos que afecten la glucosa.