Riesgos relacionados con el sistema cardiovascular: La rosuvastatina se utiliza para proteger la salud cardiovascular. Sin embargo, el LSD puede causar un aumento transitorio en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que podría sobrecargar el sistema cardiovascular, especialmente si ya hay condiciones preexistentes.
Impacto en la función hepática: La rosuvastatina se metaboliza en el hígado y, aunque el LSD no suele tener un impacto significativo en este órgano, los efectos secundarios de ambas sustancias podrían sumarse, especialmente si hay consumo de otras sustancias o alcohol. Si el hígado ya está debilitado por el uso prolongado de rosuvastatina, la combinación podría aumentar el riesgo de hepatotoxicidad.
Alteración del juicio y toma de decisiones: Los efectos alucinógenos del LSD pueden dificultar el autocontrol y el juicio. Si se presentan efectos secundarios de la rosuvastatina, como debilidad muscular o malestar, el estado alterado del LSD podría dificultar la detección temprana de estos síntomas o el acceso a atención médica.
Efectos emocionales y psicológicos: El LSD puede intensificar emociones y sensaciones. Si el usuario experimenta efectos secundarios o preocupaciones relacionadas con la salud mientras toma rosuvastatina, estos podrían amplificarse durante el «viaje», lo que podría llevar a ansiedad o paranoia.