Esta combinación es peligrosa debido a sus efectos depresores acumulativos sobre el sistema nervioso central (SNC). Ambas sustancias pueden intensificar la somnolencia, la sedación y el deterioro motor y cognitivo, lo que aumenta el riesgo de accidentes, confusión y, en casos graves, depresión respiratoria o pérdida de conciencia.
Efectos cruzados: La quetiapina deprime el SNC, induciendo relajación, sedación y estabilización del estado de ánimo, pero también puede causar mareos, deterioro cognitivo y fatiga. El alcohol también deprime el SNC, reduciendo las inhibiciones y afectando el juicio, la coordinación y la memoria. Al combinarse, estas sustancias amplifican mutuamente sus efectos sedantes, lo que puede ser especialmente peligroso, incluso en dosis moderadas.
Sobreesedación: La combinación puede causar somnolencia extrema, dificultad para mantenerse alerta y pérdida de la coordinación.
Depresión respiratoria: En dosis altas, la quetiapina y el alcohol pueden reducir significativamente la frecuencia respiratoria, lo que representa un riesgo grave, especialmente si se consumen grandes cantidades de alcohol.
Impacto en el juicio y la cognición: La combinación afecta la capacidad de tomar decisiones, lo que aumenta el riesgo de comportamientos impulsivos o peligrosos.
Hipotensión severa: La quetiapina puede causar hipotensión ortostática, lo que, combinado con el efecto vasodilatador del alcohol, aumenta el riesgo de mareos, desmayos o colapso.
Riesgo de accidentes: Los efectos acumulativos sobre la coordinación y el equilibrio incrementan el peligro de caídas o lesiones.
Esta combinación aumenta significativamente los riesgos de sedación extrema, depresión respiratoria, deterioro cognitivo y accidentes. Esta mezcla debe evitarse completamente. Si alguien consume estas sustancias juntas y experimenta dificultad para respirar, somnolencia severa, pérdida de conciencia o confusión extrema, busca atención médica de inmediato. Los riesgos asociados a esta combinación son graves, incluso en dosis moderadas.