Efectos sobre el sistema dopaminérgico: Tanto el pramipexol como la ketamina pueden influir en los niveles de dopamina en el cerebro. Pramipexol actúa directamente sobre los receptores de dopamina, mientras que ketamina tiene efectos indirectos sobre el sistema dopaminérgico. La combinación podría potencialmente causar efectos inesperados sobre el estado mental, como agitación, ansiedad, o psicosis en algunos usuarios.
Efectos sobre el estado mental y psicológico: La ketamina tiene un fuerte potencial disociativo y alucinógeno. Cuando se combina con pramipexol, que también puede tener efectos sobre el estado mental (como alucinaciones o alteraciones en el comportamiento), la combinación podría aumentar el riesgo de efectos psicológicos adversos como confusión, alteraciones del pensamiento, alucinaciones o episodios de paranoia.
Efectos sedantes y alteración de la percepción: Ketamina es conocida por sus efectos sedantes y su capacidad para inducir un estado de disociación. El pramipexol también puede causar somnolencia en algunas personas, lo que podría verse amplificado por la ketamina, aumentando el riesgo de somnolencia excesiva o dificultad para mantener la atención. Esto podría interferir en las actividades cotidianas y aumentar el riesgo de accidentes, especialmente si se realizan tareas que requieren concentración.
Efectos sobre la motricidad: Ambas sustancias pueden afectar la coordinación motora. El pramipexol puede influir en los movimientos musculares, mientras que la ketamina también puede afectar la coordinación y el control motor. Combinadas, estas sustancias podrían generar un aumento en el riesgo de dificultades motrices o incluso movimientos involuntarios en algunas personas, especialmente si tienen trastornos preexistentes relacionados con el control motor.