Riesgos cardiovasculares: El popper puede causar una caída abrupta de la presión arterial. Las benzodiacepinas, aunque tienen un efecto leve sobre la presión arterial, pueden exacerbar este efecto en personas sensibles o con dosis altas.
Riesgo de sedación excesiva: Las benzodiacepinas inducen relajación y somnolencia. Combinadas con el mareo y la disminución de oxígeno inducida por el popper, esto puede aumentar el riesgo de pérdida de consciencia o colapso.
Riesgo de hipoxia: El popper puede reducir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno (metahemoglobinemia), y aunque las benzodiacepinas no afectan directamente el transporte de oxígeno, su efecto depresor en la respiración podría agravar este riesgo.
Potencial de sedación profunda, lo que aumenta el riesgo de accidentes o caídas.
Mareos extremos, pérdida de coordinación o desmayos.
En casos extremos, la combinación podría exacerbar problemas respiratorios, aunque es menos común.
Mezclar popper y benzodiacepinas no es recomendable, ya que puede potenciar los efectos sedantes y aumentar el riesgo de colapso cardiovascular o pérdida de consciencia. Es mejor evitar esta combinación, especialmente en situaciones donde la seguridad y el entorno no están controlados.