Estrés cardiovascular: El popper reduce drásticamente la presión arterial. Si la infección tratada con amoxicilina está debilitando el cuerpo (por ejemplo, con fiebre o inflamación), la caída de la presión arterial podría ser peligrosa y aumentar el riesgo de desmayos o colapso cardiovascular.
Riesgo de mareos y náuseas: Tanto los poppers como la amoxicilina pueden causar mareos y molestias gastrointestinales en algunas personas. Su combinación podría intensificar estos efectos secundarios.
Estrés en el hígado y los riñones: Aunque las rutas metabólicas del popper y la amoxicilina son diferentes, el uso conjunto puede poner presión adicional en estos órganos, especialmente en personas con problemas hepáticos o renales preexistentes.
Interferencia en el tratamiento: El uso de poppers no afecta directamente la eficacia de la amoxicilina, pero podría agravar los síntomas de una infección o ralentizar la recuperación debido al estrés adicional en el cuerpo.
Efectos impredecibles: Si la persona está enferma o tomando otros medicamentos, el efecto vasodilatador del popper podría interactuar con las condiciones físicas generales.