Mientras que el lorazepam induce relajación y reduce la ansiedad, la ketamina puede causar disociación, alteraciones perceptuales y sedación profunda. Usarlas juntas puede intensificar la sedación y dificultar la percepción de los efectos físicos y mentales.
Efectos cruzados: En combinación, estas sustancias pueden amplificar los efectos sedantes y desorientadores, lo que aumenta el riesgo de comportamientos impulsivos o accidentes.
Sobreesedación: La combinación puede causar somnolencia excesiva, dificultando el movimiento, la comunicación y el manejo de situaciones.
Depresión respiratoria: Aunque la ketamina por sí sola rara vez afecta la respiración, combinada con lorazepam puede aumentar el riesgo de depresión respiratoria, especialmente en dosis altas.
Confusión y desorientación: La disociación inducida por la ketamina puede ser más difícil de manejar bajo los efectos sedantes del lorazepam, causando confusión mental severa.
Impacto en la memoria y la percepción: Ambas sustancias pueden afectar la memoria y la percepción, lo que puede dificultar la integración de la experiencia o generar amnesia del evento.
Riesgo de accidentes: La combinación puede afectar significativamente la coordinación y el juicio, aumentando el riesgo de caídas o comportamientos peligrosos.
Esta mezcla debe usarse con moderación, preferiblemente bajo supervisión médica o en un entorno seguro y controlado. Si decides combinarlas, evita dosis altas de cualquiera de las sustancias y asegúrate de estar acompañado por personas de confianza. Busca atención médica si experimentas somnolencia extrema, dificultad para respirar o confusión prolongada.