Ambas sustancias disminuyen la actividad cerebral, lo que puede provocar sedación extrema, depresión respiratoria, pérdida de conciencia y, en casos graves, la muerte. Este riesgo es especialmente alto en dosis elevadas o cuando se combinan sin supervisión médica.
Efectos cruzados: Cuando se combinan, los efectos depresores de ambas sustancias se potencian, aumentando drásticamente el riesgo de complicaciones respiratorias y cardiovasculares.
Depresión respiratoria severa: Ambas sustancias deprimen los centros respiratorios del cerebro. Su combinación puede ralentizar la respiración hasta niveles peligrosos o incluso detenerla.
Pérdida de conciencia y coma: La sedación extrema puede llevar a un estado de inconsciencia profunda o coma, especialmente con dosis elevadas de opio y benzodiacepinas.
Sobredosis accidental: Los efectos sedantes de las benzodiacepinas pueden enmascarar los síntomas iniciales de sobredosis de opio, lo que puede llevar a consumir dosis letales sin percibir el peligro.
Impacto cardiovascular: La combinación puede causar hipotensión severa, disminuyendo el flujo sanguíneo a órganos vitales, lo que agrava el riesgo de colapso circulatorio.
Riesgo de aspiración: Si la persona vomita mientras está inconsciente, aumenta el riesgo de aspiración pulmonar, lo que puede provocar asfixia o infecciones graves.
La combinación de opio puro y benzodiacepinas se clasifica como Peligroso debido al alto riesgo de depresión respiratoria, sobredosis y muerte. Esta mezcla debe evitarse completamente.