Efectos cardiovasculares aumentados: La MDMA eleva significativamente la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal. La nicotina también tiene efectos estimulantes sobre el sistema cardiovascular, lo que puede sobrecargar el corazón, especialmente en personas con problemas cardíacos subyacentes.
Sobreestimulación del sistema nervioso central: Aunque la nicotina no afecta directamente los neurotransmisores como la serotonina (objetivo principal del MDMA), sus efectos estimulantes pueden amplificar la sensación de agitación, ansiedad o estrés físico durante el “subidón” de la MDMA.
Mayor riesgo de deshidratación: La MDMA puede causar deshidratación severa o hipertermia (aumento de la temperatura corporal). La nicotina, al reducir el flujo sanguíneo periférico, puede agravar la sensación de calor o aumentar el riesgo de colapso térmico en ambientes calurosos o durante actividades físicas como bailar.
Mayor riesgo de uso compulsivo: El uso de nicotina puede ser más compulsivo bajo el efecto de la MDMA debido a la euforia y la desinhibición que provoca esta última. Esto puede aumentar la exposición a los riesgos del tabaco en sesiones prolongadas.