Efectos cardiovasculares potenciados: Ambas sustancias aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La nicotina causa vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos), mientras que la cocaína puede causar espasmos arteriales severos. Esto eleva significativamente el riesgo de un infarto de miocardio, derrames cerebrales y arritmias.
Sobrecarga en el sistema nervioso: Ambas son estimulantes. Usarlas juntas puede sobrecargar el sistema nervioso simpático, causando efectos secundarios graves como ansiedad extrema, agitación o incluso convulsiones.
Sinergia negativa: Aunque la nicotina puede intensificar el efecto placentero de la cocaína para algunas personas, esta combinación también aumenta los riesgos de dependencia psicológica y adicción, lo que incrementa la posibilidad de consumo crónico y daño a largo plazo.
Esta combinación debe evitarse completamente por sus graves riesgos para la salud física y psicológica.