Sistema gastrointestinal: El LSD puede causar náuseas o malestar en algunas personas, y el naproxeno puede irritar el estómago. Aunque no interactúan directamente, la combinación podría aumentar la incomodidad gástrica.
Percepción alterada: El LSD puede distorsionar la percepción del dolor, lo que podría dificultar notar los efectos secundarios del naproxeno, como molestias estomacales o dolor renal.
Riesgo renal o hepático: En personas con predisposición o función renal comprometida, el uso de naproxeno con deshidratación podría ser problemático. El LSD en sí no tiene efectos conocidos sobre los riñones o el hígado, pero la combinación con naproxeno requiere hidratación adecuada.
Efectos psicológicos: Aunque no hay evidencia de que el naproxeno afecte los efectos psicológicos del LSD, cualquier malestar físico derivado del naproxeno podría ser percibido de manera más intensa o desagradable durante un viaje psicodélico.