Sinergia analgésica: El paracetamol potencia los efectos analgésicos de la morfina al actuar sobre vías diferentes del dolor (central y periférica), lo que permite reducir la dosis de morfina requerida para alcanzar un alivio efectivo del dolor. Esto disminuye el riesgo de efectos secundarios asociados al opioide.
Menores riesgos de sobredosis de morfina: Al necesitar menos morfina para controlar el dolor, se reduce el riesgo de depresión respiratoria, somnolencia extrema o dependencia.
Seguridad en dosis adecuadas: En dosis recomendadas, esta combinación es segura y efectiva. Sin embargo, el principal riesgo se relaciona con una posible sobredosis de paracetamol, que podría causar toxicidad hepática.
Ampliamente utilizada en contextos clínicos: Esta combinación se prescribe comúnmente para tratar dolores moderados a severos, como los asociados a cirugías, lesiones o enfermedades crónicas, debido a su balance entre eficacia y seguridad.