Aumento de los efectos sedantes: Tanto la moclobemida como el cannabis pueden tener efectos sobre el sistema nervioso central. Mientras que moclobemida aumenta la cantidad de neurotransmisores como la serotonina, dopamina y norepinefrina, el cannabis puede inducir una sensación de relajación o sedación. La combinación de ambos podría producir un efecto sedante más pronunciado, lo que podría afectar la capacidad de concentración, coordinación y, en general, la alerta mental.
Posibles efectos sobre el ánimo: Moclobemida tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo al aumentar los niveles de serotonina, mientras que el cannabis tiene efectos variables: puede producir euforia y una mejora temporal del ánimo en algunas personas, pero en otras puede generar ansiedad o paranoia. La combinación de ambos podría aumentar la fluctuación emocional, y es posible que algunas personas experimenten un desajuste en su estado emocional.
Riesgo de interacciones con la presión arterial: Moclobemida puede aumentar ligeramente la presión arterial, mientras que el cannabis tiene efectos mixtos sobre la presión arterial: en algunos casos puede causar un aumento temporal de la presión arterial, mientras que en otros puede inducir una bajada. La combinación de estos efectos podría producir fluctuaciones en la presión arterial, lo cual puede ser un riesgo para personas con problemas cardíacos o hipertensión.
Efectos cognitivos y psicomotores: El THC en el cannabis puede alterar la percepción, la memoria y las habilidades motoras, y si se combina con moclobemida, es posible que los efectos cognitivos y psicomotores se vean amplificados o distorsionados, lo que podría aumentar el riesgo de accidentes o malas decisiones.
Riesgo de sobreestimulación: Aunque moclobemida generalmente tiene un efecto estabilizador en el ánimo, puede interactuar con el cannabis en personas sensibles, causando efectos como irritabilidad o ansiedad, lo que puede generar una sensación de sobreestimulación mental.