Mezclar Ketamina y Midazolam tiene
un incremento del riesgo y debes tener especial cuidado.

Estas combinaciones no suelen ser físicamente dañinas, pero pueden producir efectos indeseables e inesperados, como malestar físico o sobreestimulación. El uso extremo puede causar problemas de salud física. Los efectos sinérgicos pueden ser impredecibles. Se debe tener precaución al optar por usar esta combinación.

Tipo de sustancias: Depresoras | Disociativas

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Efectos sedativos potenciados: Ambas sustancias tienen efectos sedantes, aunque lo hacen de maneras diferentes. Midazolam induce sedación al actuar sobre el sistema GABAérgico, mientras que la ketamina tiene un efecto disociativo que puede inducir sedación profunda.

Usadas juntas, pueden potenciarse mutuamente en cuanto a la sedación, llevando a un estado de somnolencia profunda o incluso sedación excesiva. Esto podría poner en riesgo la respiración y la presión arterial, especialmente si no se controla adecuadamente la dosificación de ambas sustancias.

Efectos respiratorios y cardiovasculares: Ketamina tiende a aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, pero al mismo tiempo puede inducir depresión respiratoria en dosis altas.
Midazolam también tiene el riesgo de depresión respiratoria, pero este efecto es más pronunciado en personas con problemas respiratorios preexistentes o cuando se usa en dosis altas.
Combinados, podrían alterar el equilibrio cardiovascular y respiratorio, aumentando el riesgo de dificultades respiratorias, especialmente si las dosis no se ajustan correctamente.

Riesgo de reacciones psicológicas impredecibles: Ketamina en dosis bajas puede producir euforia y sensaciones de disociación (separación entre cuerpo y mente), mientras que midazolam podría contrarrestar parcialmente estas sensaciones al inducir somnolencia y amnesia. Esta combinación puede producir una experiencia psicológica impredecible, que podría ser desconcertante o incómoda.
En algunas personas, la combinación de ambas podría generar confusión mental o desorientación.

Riesgo de sobredosis: Dado que ambos fármacos pueden causar depresión respiratoria, existe el riesgo de que las dosis de cualquiera de las dos sustancias se acumulen y causen una sobredosis de efectos sedantes. Esto podría llevar a problemas respiratorios graves y pérdida de conciencia.

Potencial de uso médico controlado: En un entorno clínico controlado, la combinación de midazolam y ketamina se usa en procedimientos médicos como la sedación consciente o la anestesia general. Sin embargo, la dosis exacta y el monitoreo constante de los signos vitales son fundamentales para garantizar la seguridad del paciente.

El uso recreativo de esta combinación es peligroso y no recomendable, ya que la supervisión médica es crucial para evitar reacciones adversas graves.

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Ketamina

Ketamina

¿Qué es?

Es un anestésico disociativo utilizado en medicina y veterinaria, pero también consumido de forma recreativa por sus efectos psicodélicos y de desconexión del entorno.

Efectos y Riesgos:

En dosis recreativas, la ketamina provoca sensación de relajación, alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio, y estados disociativos, donde el usuario puede sentir separación de su cuerpo y entorno. En dosis más altas, puede inducir experiencias intensas (“K-hole”) y pérdida total de contacto con la realidad. Sus riesgos incluyen confusión, náuseas, taquicardia y depresión respiratoria. El uso repetido puede causar dependencia psicológica, problemas urinarios graves (cistitis por ketamina) y deterioro cognitivo.

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Midazolam

Midazolam

¿Qué es?

El midazolam es un medicamento de la clase de las benzodiazepinas, conocido por sus efectos sedantes, ansiolíticos, hipnóticos, anticonvulsivos y relajantes musculares. Actúa potenciando la acción del neurotransmisor GABA en el sistema nervioso central, lo que genera un efecto depresor del sistema nervioso. Se utiliza en procedimientos médicos y quirúrgicos para inducir sedación consciente, anestesia general o controlar convulsiones, y también en cuidados paliativos para aliviar la agitación y la ansiedad.

Efectos y Riesgos:

El midazolam es altamente eficaz para inducir relajación y sedación rápida, lo que lo hace útil en procedimientos médicos invasivos o en emergencias para detener convulsiones. También ayuda a reducir la ansiedad preoperatoria y facilita la inducción de anestesia.

Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran somnolencia, mareo, confusión, visión borrosa y disminución de la coordinación. En dosis elevadas o en personas sensibles, puede provocar depresión respiratoria, especialmente si se combina con otros depresores del sistema nervioso central, como el alcohol o los opioides.

El uso prolongado o indebido del midazolam puede causar dependencia física y psicológica, así como síndrome de abstinencia al interrumpir su uso abruptamente. Está contraindicado en personas con enfermedades respiratorias graves, miastenia gravis o alergia a las benzodiazepinas.

Su administración debe realizarse bajo estricta supervisión médica, generalmente en un entorno hospitalario, debido al riesgo de sobredosis y efectos adversos graves. Además, es importante monitorear la función respiratoria y cardíaca durante su uso.

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