La combinación de metotrexato (un inmunosupresor y quimioterápico) y ketamina (un anestésico disociativo) es peligrosa debido al impacto que ambas sustancias pueden tener sobre el hígado, el sistema nervioso central y el sistema inmunológico. Aunque no hay una interacción química directa entre ambas, los efectos acumulativos pueden aumentar significativamente los riesgos físicos y psicológicos.
Efectos cruzados: El metotrexato inhibe la proliferación celular y suprime la función inmunológica, utilizándose para tratar enfermedades como artritis reumatoide, psoriasis y ciertos tipos de cáncer. La ketamina actúa como antagonista del receptor NMDA, provocando efectos disociativos, analgésicos y alteraciones en la percepción. Sus efectos combinados pueden generar complicaciones físicas y emocionales.
Riesgo hepático severo: El metotrexato es conocido por su potencial hepatotóxico, especialmente con uso prolongado o en dosis altas. La ketamina también se metaboliza en el hígado y puede aumentar la carga hepática, incrementando el riesgo de daño hepático o insuficiencia hepática en personas vulnerables.
Riesgo inmunológico: El metotrexato debilita el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones. La ketamina, si se usa de manera recreativa en ambientes insalubres o poco controlados, podría aumentar aún más el riesgo de exposición a agentes infecciosos.
Riesgo neurológico: La ketamina provoca disociación, confusión y alteraciones en la percepción que pueden ser desorientadoras. En combinación con el metotrexato, estos efectos podrían amplificarse, especialmente si el usuario ya está experimentando fatiga o malestar como resultado del tratamiento.
Riesgo cardiovascular: La ketamina puede elevar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que podría representar un problema para personas que ya están debilitadas físicamente por el tratamiento con metotrexato. Esto aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares como hipertensión severa o arritmias.
Riesgo psicológico: Las experiencias disociativas intensas inducidas por la ketamina podrían ser emocionalmente desestabilizadoras, especialmente en personas que ya enfrentan el estrés físico o psicológico del tratamiento con metotrexato.
Para minimizar riesgos, evita completamente la combinación de metotrexato y ketamina. Si has consumido ambas sustancias y experimentas síntomas como dolor abdominal, confusión severa, fiebre alta, dificultad para respirar o taquicardia, busca atención médica de inmediato. Esta combinación puede tener consecuencias graves y comprometer la salud hepática, inmunológica y cardiovascular.