Mezclar Alcohol y Metilfenidato
es peligroso y te expones a un considerable riesgo.

Hay un riesgo considerable de daño físico al tomar estas combinaciones; deberían evitarse siempre que sea posible.

Tipo de sustancias: Depresoras | Estimulantes

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Riesgo de cardiotoxicidad: El metilfenidato es un estimulante del sistema nervioso central (SNC), mientras que el alcohol es un depresor. Esta interacción puede causar una sobrecarga cardiovascular, elevando el riesgo de arritmias, hipertensión o incluso paro cardíaco.

Enmascaramiento de los efectos del alcohol: El metilfenidato puede reducir la percepción de intoxicación por alcohol. Esto puede llevar a un consumo excesivo de alcohol sin que la persona se dé cuenta de los niveles tóxicos que está alcanzando, aumentando el riesgo de envenenamiento por alcohol.

Mayor riesgo de daño hepático: En el hígado, el metilfenidato se metaboliza, y cuando se combina con alcohol, puede formarse un metabolito conocido como etilfenidato, que es más tóxico que el metilfenidato por sí solo. Este metabolito puede aumentar los riesgos de daño hepático y toxicidad sistémica.

Impacto psicológico: La combinación puede causar estados de ánimo erráticos, agresividad o aumento de comportamientos impulsivos debido a la interacción de los efectos estimulantes del metilfenidato y los depresores del alcohol.

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Alcohol

Alcohol

¿Qué es?

Es una sustancia depresora del sistema nervioso central que se encuentra en bebidas fermentadas y destiladas como la cerveza, el vino y los licores.

Efectos y Riesgos:

Su consumo provoca relajación, desinhibición y euforia inicial, pero en dosis más altas puede causar somnolencia, pérdida de coordinación, deterioro del juicio y, en casos extremos, intoxicación etílica severa. El uso excesivo o regular puede generar daño hepático, enfermedades cardiovasculares y dependencia.

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