Riesgo de acidosis láctica: La metformina tiene un riesgo muy bajo de acidosis láctica, pero este riesgo aumenta en presencia de estrés metabólico o insuficiencia renal. El uso de MDMA puede alterar significativamente el equilibrio metabólico, elevando la temperatura corporal y causando deshidratación, lo que podría potencialmente poner más estrés en los riñones. Si una persona tiene insuficiencia renal o alguna alteración en la función renal, el riesgo de acidosis láctica podría aumentar debido a la acumulación de metformina en el cuerpo, lo cual puede ser peligroso.
Riesgo de deshidratación y desequilibrio de electrolitos: El MDMA puede causar deshidratación y alterar los niveles de sodio y potasio en el cuerpo debido a la actividad física intensa, el aumento de la temperatura y la sudoración. Estos cambios pueden afectar el equilibrio de fluidos y poner presión adicional sobre los riñones. En combinación con metformina, el estrés renal podría ser aún mayor, especialmente si la persona no mantiene una hidratación adecuada, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios renales o metabólicos.
Riesgo de hipoglucemia (bajos niveles de glucosa): Aunque el MDMA no suele causar hipoglucemia directamente, puede aumentar la sensibilidad a la insulina y alterar el metabolismo de la glucosa. Esto podría influir en el control de los niveles de azúcar en sangre en personas que toman metformina. Las fluctuaciones en los niveles de glucosa pueden causar mareos, náuseas o incluso desmayos, especialmente si no se mantienen niveles adecuados de glucosa en el cuerpo.
Riesgo cardiovascular: El MDMA puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que podría poner en riesgo a las personas con enfermedades cardiovasculares o factores de riesgo. Aunque metformina no suele afectar directamente la presión arterial, el aumento de la carga cardiovascular causado por el MDMA podría ser preocupante en personas con diabetes o problemas de circulación.
Aumento del riesgo de efectos adversos: El MDMA también puede causar efectos adversos como ansiedad, trastornos del estado de ánimo, confusión o desorientación. Si una persona está tomando metformina y ya tiene una glucosa inestable o condiciones de salud que afectan el equilibrio, estos efectos podrían verse exacerbados.