Reducción de la intensidad psicodélica: Los ISRS, al aumentar los niveles de serotonina y desensibilizar ciertos receptores (como los 5-HT2A), pueden atenuar los efectos del LSD. Esto podría resultar en una experiencia menos intensa o menos significativa, lo que puede ser frustrante para quienes buscan un efecto específico.
Interferencia con el estado emocional: El LSD provoca cambios profundos en la percepción y el estado de ánimo. Los ISRS, diseñados para estabilizar las emociones, pueden modular o contrarrestar parte de estos cambios, generando una experiencia confusa o emocionalmente plana. En algunos casos, esta interacción puede llevar a frustración, ansiedad o falta de claridad introspectiva.
Riesgo de malestar psicológico: Aunque los ISRS pueden reducir la intensidad de la experiencia, esto no garantiza que eliminen la posibilidad de un “mal viaje”. Si el usuario experimenta ansiedad o pensamientos intrusivos bajo LSD, los ISRS podrían no ofrecer suficiente protección emocional, y la experiencia podría ser perturbadora.
Impacto en el sistema nervioso central: Ambos compuestos actúan sobre la serotonina, aunque de formas distintas. Esto puede generar efectos secundarios leves a moderados, como mareos, náuseas o sensación de incomodidad física, especialmente en personas sensibles.
Dificultades en la integración: Las experiencias con LSD suelen requerir un tiempo de reflexión para ser integradas emocionalmente. Los ISRS podrían interferir con este proceso al suavizar o alterar las respuestas emocionales posteriores, lo que podría reducir el impacto positivo de la experiencia.