Presión arterial: El losartán reduce la presión arterial, y el cannabis, especialmente en dosis altas, puede causar una disminución inicial de la presión arterial. Esto podría resultar en hipotensión ortostática (mareos o desmayos al ponerse de pie), especialmente en personas sensibles o en aquellos que usan cannabis con THC alto.
Frecuencia cardíaca: El cannabis tiende a aumentar la frecuencia cardíaca, lo que podría contrarrestar parcialmente los efectos del losartán. Esto no suele ser peligroso en personas sanas, pero podría ser problemático en personas con enfermedades cardiovasculares.
Efectos neurológicos: Tanto el losartán como el cannabis pueden causar mareos o somnolencia. Cuando se combinan, estos efectos podrían intensificarse, aumentando el riesgo de caídas o accidentes. El cannabis puede inducir ansiedad o paranoia en algunas personas, lo que podría ser más difícil de manejar si el losartán causa fatiga o mareos.
Efectos renales: El losartán protege los riñones en personas con hipertensión o diabetes, pero el uso crónico de cannabis podría afectar negativamente la función renal, aunque la evidencia sobre esto aún no es concluyente.