Mezclar Hidroxicloroquina y LSD tiene
un incremento del riesgo y debes tener especial cuidado.

Estas combinaciones no suelen ser físicamente dañinas, pero pueden producir efectos indeseables e inesperados, como malestar físico o sobreestimulación. El uso extremo puede causar problemas de salud física. Los efectos sinérgicos pueden ser impredecibles. Se debe tener precaución al optar por usar esta combinación.

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

La combinación de hidroxicloroquina y LSD requiere precaución debido a sus efectos cruzados en el sistema nervioso central (SNC) y el potencial de exacerbación de ciertos efectos secundarios, como mareos, confusión y desorientación. Aunque no hay una interacción química directa significativa, ambas sustancias pueden intensificar la confusión y alterar la percepción, lo que podría generar riesgos físicos y emocionales.

Efectos cruzados: La hidroxicloroquina se utiliza para tratar enfermedades autoinmunes y malaria, y puede causar efectos secundarios neurológicos como mareos, visión borrosa y confusión. El LSD, por otro lado, altera las percepciones, los estados emocionales y sensoriales, lo que puede amplificar los efectos secundarios de la hidroxicloroquina.

Confusión mental: La combinación puede intensificar la desorientación y el deterioro cognitivo, lo que podría dificultar el juicio y aumentar el riesgo de accidentes o decisiones peligrosas.

Mareos y visión borrosa: La hidroxicloroquina puede causar estos efectos secundarios, que pueden intensificarse con las alteraciones sensoriales inducidas por el LSD.

Impacto emocional: El LSD puede provocar experiencias emocionales intensas y difíciles de manejar, especialmente en personas que ya están experimentando efectos secundarios emocionales o cognitivos de la hidroxicloroquina.

Riesgo cardiovascular: Aunque menos común, la hidroxicloroquina puede causar alteraciones cardíacas como prolongación del intervalo QT, y el estrés físico o emocional inducido por el LSD podría agravar este efecto en personas predispuestas.

Para minimizar riesgos, evita el uso de LSD mientras estés tomando hidroxicloroquina, especialmente si experimentas efectos secundarios neurológicos o cardiovasculares con la medicación. Si decides consumir LSD, hazlo en un entorno seguro y consulta previamente con un médico si tienes dudas sobre los posibles riesgos. Si experimentas confusión severa, mareos extremos o cualquier síntoma preocupante, busca atención médica. Esta combinación debe manejarse con precaución y preferiblemente evitarse fuera de contextos controlados.


Además de que evitar mezclar fármacos con otras sustancias es clave, ya que podría afectar la evolución de tu enfermedad o provocar interacciones peligrosas, ten en cuenta que la sustancia que quieres tomar puede ser peligrosa por si misma para la enfermedad por la cual tomas el fármaco. Consulta siempre a un profesional de la salud.

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Hidroxicloroquina

Hidroxicloroquina

¿Qué es?

La hidroxicloroquina es un fármaco sintético derivado de la cloroquina, utilizado principalmente para tratar enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide. También se emplea en la prevención y tratamiento de la malaria.

Efectos y Riesgos:

Reduce la inflamación y modula la respuesta inmune en enfermedades autoinmunes. Puede causar náuseas, vómitos, dolor abdominal, mareos, cefaleas y, a largo plazo, daño ocular (retinopatía). En dosis altas, puede provocar toxicidad cardíaca o hepática. Su uso debe ser supervisado médicamente, especialmente en pacientes con problemas cardíacos o renales.

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LSD

LSD

¿Qué es?

Es una sustancia psicodélica derivada del ácido lisérgico, presente en un hongo que crece en el centeno y otros cereales. También conocido como ácido, suele consumirse en pequeñas dosis líquidas o impregnadas en papel secante.

Efectos y Riesgos:

El LSD altera la percepción sensorial, el pensamiento y el estado emocional, generando efectos como visuales intensos, distorsión del tiempo y sensaciones de conexión o trascendencia. Aunque no es adictivo, puede provocar episodios de ansiedad, confusión o pánico (“mal viaje”). En casos extremos, podría desencadenar trastornos psiquiátricos latentes. Su consumo repetido puede generar tolerancia rápida, y los “flashbacks” o percepciones alteradas días o semanas después de su uso son posibles riesgos psicológicos.

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