La combinación de hidroxicloroquina y cocaína es extremadamente peligrosa debido a sus efectos en el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central (SNC). Ambas sustancias pueden afectar el ritmo cardíaco y, cuando se combinan, aumentan significativamente el riesgo de arritmias graves, insuficiencia cardíaca, convulsiones y colapso cardiovascular.
Efectos cruzados: La hidroxicloroquina se utiliza para tratar enfermedades autoinmunes y malaria, pero puede prolongar el intervalo QT en el corazón, aumentando el riesgo de arritmias. Por otro lado, la cocaína estimula el sistema nervioso simpático, elevando la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que amplifica los riesgos cardiovasculares.
Riesgo de arritmias graves: Ambas sustancias afectan la conducción eléctrica del corazón, aumentando el riesgo de arritmias ventriculares graves como torsades de pointes, que pueden ser fatales.
Estrés cardiovascular extremo: La cocaína eleva drásticamente la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que combinado con los efectos de la hidroxicloroquina puede provocar colapso cardiovascular, infarto o accidente cerebrovascular.
Riesgo de convulsiones: Tanto la hidroxicloroquina como la cocaína pueden disminuir el umbral convulsivo, aumentando la probabilidad de convulsiones cuando se usan juntas.
Sobrecarga metabólica: Ambas sustancias son metabolizadas en el hígado, lo que puede incrementar el riesgo de toxicidad hepática, especialmente en dosis altas o con uso prolongado.
Confusión mental: La cocaína puede causar agitación, paranoia y desorientación, lo que puede complicarse con los efectos secundarios neurológicos de la hidroxicloroquina.
Para minimizar riesgos, evita absolutamente esta combinación. Si alguien consume ambas sustancias y experimenta síntomas como dolor en el pecho, palpitaciones, confusión severa, convulsiones o pérdida de conciencia, busca atención médica inmediata. Esta mezcla tiene un alto riesgo de complicaciones graves o letales incluso con una única exposición.