Las dos sustancias tienen mecanismos de acción diferentes y no interactúan directamente de manera significativa.
Riesgos gastrointestinales: El ibuprofeno puede irritar la mucosa gástrica, especialmente si se toma en dosis altas, durante periodos prolongados o con el estómago vacío. El consumo de hachís a veces reduce el apetito o altera los hábitos alimenticios, lo que podría aumentar el riesgo de irritación estomacal si el ibuprofeno se toma en estas condiciones.
Impacto en la percepción del malestar: El hachís puede alterar la percepción del dolor o malestar físico. Esto podría llevar a consumir más ibuprofeno del necesario, aumentando el riesgo de efectos secundarios, como daño gastrointestinal o renal.
Uso conjunto para aliviar dolor o inflamación: En dosis terapéuticas, el uso de ibuprofeno para aliviar dolores de cabeza, inflamaciones o molestias menores asociadas al consumo de hachís (por ejemplo, tos intensa o fatiga) es generalmente seguro.