Contradicción en los efectos: Fentermina y alcohol tienen efectos opuestos en el cuerpo. La fentermina es un estimulante que aumenta la actividad cerebral y la energía, mientras que el alcohol es un depresor que reduce la actividad cerebral y produce relajación. Esta contradicción puede llevar a que la persona no sienta el efecto sedante del alcohol de inmediato, lo que podría hacerla consumir más alcohol del que normalmente toleraría, aumentando el riesgo de intoxicación alcohólica.
Mayor riesgo cardiovascular: La fentermina aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, mientras que el alcohol puede causar vasodilatación temporal y reducir la capacidad del cuerpo para regular su presión arterial. Juntas, estas sustancias pueden alterar el equilibrio cardiovascular, aumentando el riesgo de hipertensión, taquicardia y otros problemas del corazón. Las personas con problemas cardíacos preexistentes podrían ser especialmente vulnerables.
Efectos sobre el sistema nervioso central: El alcohol puede reducir la coordinación y la concentración, y al combinarlo con un estimulante como la fentermina, es posible que la persona no perciba el efecto depresor del alcohol. Esto puede hacerla subestimar el nivel de intoxicación, lo que puede llevar a accidentes, lesiones o sobredosis. Además, ambas sustancias pueden aumentar la ansiedad y los trastornos del sueño, lo que podría afectar el bienestar general.
Potencial de deshidratación y malestar físico: Tanto el alcohol como la fentermina pueden causar deshidratación, y combinarlos podría potenciar este efecto. Esto puede llevar a dolores de cabeza, mareos, y un mayor riesgo de agotamiento o desmayos, especialmente si la persona no está bien hidratada.