Efectos combinados en la regulación de líquidos: El MDMA puede causar deshidratación severa o, en algunos casos, retención de líquidos, lo que afecta el equilibrio electrolítico. La espironolactona, al conservar el potasio y alterar la excreción de sodio, aumenta el riesgo de desequilibrios peligrosos, particularmente hiperpotasemia o hiponatremia.
Efectos en la presión arterial y el corazón: El MDMA es un potente estimulante que eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca, mientras que la espironolactona puede reducir la presión arterial. Esta interacción puede generar fluctuaciones peligrosas que aumentan el riesgo de arritmias, mareos y colapso cardiovascular.
Impacto en el sistema nervioso: El MDMA puede exacerbar los efectos secundarios de la espironolactona, como mareos y confusión, debido a su impacto en los electrolitos y la regulación de líquidos. Esto puede agravar el riesgo de convulsiones o pérdida de consciencia en situaciones extremas.