Efectos en la presión arterial y el sistema cardiovascular: Aunque el LSD puede causar un aumento transitorio en la frecuencia cardíaca o la presión arterial debido a la estimulación psicológica, la espironolactona puede compensar parcialmente estos efectos en personas sin problemas cardiovasculares preexistentes. Sin embargo, para individuos con hipertensión, esta combinación podría ser más problemática.
Efectos en la percepción y estado físico: El LSD puede causar desorientación, y los efectos secundarios de la espironolactona, como mareos, podrían potenciar esta sensación. Aunque el riesgo físico es bajo, la experiencia podría ser más incómoda.
Impacto en el sistema renal y electrolitos: No se espera que el LSD afecte directamente la función renal o los niveles de potasio, por lo que la espironolactona debería mantener su acción normal sin interferencias relevantes.