La combinación no es segura y presenta riesgos significativos para la salud. Ambas sustancias tienen un impacto considerable en el sistema cardiovascular, lo que puede amplificar los riesgos de hipertensión, arritmias y eventos cardiovasculares graves, incluso en dosis moderadas.
Efectos cruzados: La ergotamina es un vasoconstrictor utilizado para tratar migrañas, lo que significa que reduce el diámetro de los vasos sanguíneos. Por su parte, la cocaína estimula el sistema nervioso simpático, elevando la presión arterial, aumentando la frecuencia cardíaca y causando una vasoconstricción adicional. La interacción puede provocar un aumento extremo del estrés cardiovascular, con riesgos graves de infarto, accidente cerebrovascular o daño tisular debido a la falta de flujo sanguíneo.
Estrés cardiovascular extremo: Ambas sustancias constriñen los vasos sanguíneos, lo que puede provocar hipertensión severa, daño a los órganos o eventos cardiovasculares graves como infartos o derrames cerebrales.
Riesgo de isquemia y necrosis: La combinación puede llevar a una disminución crítica del flujo sanguíneo en órganos y tejidos, causando daño celular y, en casos graves, necrosis.
Sobrecarga del sistema nervioso simpático: La cocaína sobreestimula el sistema nervioso, lo que puede exacerbar los efectos de la ergotamina, generando ansiedad extrema, taquicardia o convulsiones.
Impacto psicológico: La cocaína puede intensificar episodios de ansiedad, paranoia o psicosis, lo que podría agravar cualquier condición psiquiátrica preexistente.
Para minimizar riesgos, evita completamente esta combinación. Si alguien consume ambas sustancias y experimenta dolor en el pecho, dificultad para respirar, entumecimiento, confusión o visión borrosa, busca atención médica inmediata. Esta mezcla tiene un riesgo alto de causar daño irreversible o muerte.