Sin interacción química directa: No hay evidencia de que el DMT interfiera directamente con la acción de la amoxicilina o viceversa.
Estrés en el cuerpo: Las infecciones tratadas con amoxicilina pueden comprometer al sistema inmunológico y al cuerpo en general. El uso de DMT, con sus efectos intensos, puede ejercer un estrés adicional sobre el sistema nervioso y cardiovascular.
Impacto en la experiencia psicodélica: El malestar físico causado por una infección podría influir negativamente en la experiencia con DMT, aumentando la probabilidad de un «mal viaje» o sensaciones desagradables.
Presión cardiovascular: Aunque la amoxicilina no afecta directamente el corazón, el uso de DMT puede provocar un aumento temporal de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que podría ser riesgoso si la infección ya está causando fiebre o inflamación.
Juicio alterado: Durante la experiencia con DMT, el juicio y la percepción están significativamente alterados, lo que podría llevar a olvidar dosis de amoxicilina o no seguir correctamente el régimen de tratamiento.