Mezclar Anfetaminas y Dihidrocodeína tiene
un incremento del riesgo y debes tener especial cuidado.

Estas combinaciones no suelen ser físicamente dañinas, pero pueden producir efectos indeseables e inesperados, como malestar físico o sobreestimulación. El uso extremo puede causar problemas de salud física. Los efectos sinérgicos pueden ser impredecibles. Se debe tener precaución al optar por usar esta combinación.

Tipo de sustancias: Estimulantes | Opioides

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Contradicción entre efectos depresores y estimulantes: La dihidrocodeína induce sedación, mientras que las anfetaminas aumentan la energía y la excitación. Esta combinación puede generar una sensación de confusión, desorientación, o ansiedad al intentar equilibrar estos efectos opuestos en el cuerpo y la mente.

Riesgo de sobreestimulación: Las anfetaminas aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que puede causar una hipertensión peligrosa. Al mismo tiempo, la dihidrocodeína puede producir efectos sedantes, lo que podría dificultar la percepción de los síntomas de sobreestimulación, aumentando el riesgo de daño cardiovascular.

Mayor riesgo de sobredosis: La dihidrocodeína puede enmascarar los efectos de las anfetaminas y viceversa. Esto puede llevar a una persona a consumir dosis más altas de ambas sustancias sin darse cuenta del impacto que esto puede tener en su organismo, aumentando el riesgo de sobredosis, problemas respiratorios y colapso cardiovascular.

Desajuste en la regulación de la temperatura corporal: Las anfetaminas pueden aumentar la temperatura corporal y causar hipertermia, especialmente en entornos calurosos o durante el ejercicio físico. La dihidrocodeína, siendo un depresor del SNC, puede dificultar la capacidad del cuerpo para regular su temperatura, lo que podría resultar en un golpe de calor o problemas relacionados con la temperatura.

Riesgo de efectos psicológicos negativos: La mezcla de un estimulante (anfetamina) y un sedante (dihidrocodeína) puede inducir efectos psicológicos como ansiedad, paranoia, o agitación, en particular con dosis altas de cualquiera de las sustancias.

Posible sobrecarga en el sistema cardiovascular: Las anfetaminas aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, mientras que la dihidrocodeína puede afectar la circulación de una manera impredecible. Esto podría causar un estrés adicional en el corazón y los vasos sanguíneos, incrementando el riesgo de arritmias o colapso cardiovascular.

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Anfetaminas

Anfetaminas

¿Qué es?

Son sustancias estimulantes del sistema nervioso central que incrementan la actividad cerebral. Se utilizan de forma médica para tratar trastornos como el TDAH o la narcolepsia, pero también se consumen de manera recreativa.

Efectos y Riesgos:

El consumo de anfetaminas genera euforia, aumento de energía, estado de alerta y disminución del apetito. Sin embargo, también puede causar insomnio, irritabilidad, aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial. Su uso recreativo o en dosis altas incrementa el riesgo de ansiedad, paranoia, comportamiento agresivo y daños cardiovasculares. El consumo prolongado puede llevar a dependencia, agotamiento extremo, deterioro cognitivo y síntomas psicóticos.

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Dihidrocodeína

Dihidrocodeína

¿Qué es?

Es un opioide semisintético derivado de la codeína, utilizado principalmente para tratar el dolor moderado a severo y como antitusivo en casos de tos persistente. Actúa sobre el sistema nervioso central al unirse a los receptores opioides, reduciendo la percepción del dolor y el impulso de toser.

Efectos y Riesgos:

La dihidrocodeína proporciona alivio eficaz del dolor y la tos, y su acción es más prolongada que la de la codeína. Sin embargo, puede causar efectos secundarios como somnolencia, náuseas, estreñimiento, mareos y sensación de relajación o euforia en algunos casos.

El uso prolongado o en dosis más altas de las prescritas puede llevar a tolerancia, dependencia física y psicológica. El riesgo de depresión respiratoria es significativo, especialmente si se combina con otras sustancias depresoras del sistema nervioso central, como el alcohol o las benzodiacepinas. Su uso debe estar estrictamente controlado por un médico, y las dosis deben ajustarse cuidadosamente para evitar efectos adversos graves, incluyendo la posibilidad de sobredosis. Además, es importante no interrumpir su uso de forma abrupta para evitar síntomas de abstinencia.

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