Mayor riesgo de ansiedad y paranoia: La dextroanfetamina puede aumentar la tensión emocional y física, mientras que la psilocibina intensifica las emociones y pensamientos. Esto puede llevar a una combinación de ansiedad extrema, paranoia o incluso un mal viaje psicodélico.
Estimulación física excesiva: La anfetamina aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que, combinado con los efectos de la psilocibina, podría llevar a una sobrecarga cardiovascular en personas sensibles.
Experiencias psicodélicas más intensas e impredecibles: La dextroanfetamina puede amplificar las experiencias subjetivas de la psilocibina, haciendo que las alucinaciones sean más intensas o emocionalmente cargadas, lo cual puede ser difícil de manejar.
Confusión mental: La combinación de un estimulante con una sustancia psicodélica puede resultar en confusión extrema, dificultando la capacidad de la persona para orientarse o calmarse durante la experiencia.
Mayor riesgo de psicosis: Ambas sustancias pueden desencadenar episodios psicóticos en personas predispuestas, especialmente cuando se usan en altas dosis.