Mezclar Dexametasona y LSD tiene
un incremento del riesgo y debes tener especial cuidado.

Estas combinaciones no suelen ser físicamente dañinas, pero pueden producir efectos indeseables e inesperados, como malestar físico o sobreestimulación. El uso extremo puede causar problemas de salud física. Los efectos sinérgicos pueden ser impredecibles. Se debe tener precaución al optar por usar esta combinación.

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Efectos sobre el sistema nervioso: La dexametasona puede provocar efectos secundarios como ansiedad, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo debido a su impacto en el equilibrio hormonal. Por otro lado, el LSD es un potente psicodélico que altera la percepción, los pensamientos y las emociones. La combinación puede intensificar las alteraciones psicológicas y aumentar el riesgo de experiencias adversas, como ansiedad extrema, paranoia o episodios psicóticos.

Interacción psicológica: El LSD puede inducir estados emocionales intensos y, en combinación con la dexametasona, que puede predisponer a cambios de humor y a una mayor sensibilidad emocional, los efectos psicodélicos podrían volverse menos manejables y aumentar el riesgo de una «mala experiencia».

Efectos sobre el sistema cardiovascular: El LSD puede causar un aumento transitorio de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La dexametasona, aunque no es un estimulante, puede contribuir a un aumento de la presión arterial debido a su capacidad para retener líquidos y aumentar la sensibilidad cardiovascular. Esto podría resultar en tensión cardiovascular innecesaria, especialmente en personas con condiciones preexistentes.

Efectos inmunológicos: La dexametasona es un inmunosupresor y puede disminuir la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. Aunque el LSD no tiene un impacto directo en el sistema inmunológico, los estados de estrés físico y emocional inducidos por el LSD pueden debilitar la respuesta inmunitaria del cuerpo, lo que, combinado con la dexametasona, aumenta la susceptibilidad a infecciones.


Además de que evitar mezclar fármacos con otras sustancias es clave, ya que podría afectar la evolución de tu enfermedad o provocar interacciones peligrosas, ten en cuenta que la sustancia que quieres tomar puede ser peligrosa por si misma para la enfermedad por la cual tomas el fármaco. Consulta siempre a un profesional de la salud.

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Dexametasona

Dexametasona

¿Qué es?

La dexametasona es un corticosteroide sintético utilizado para tratar una amplia gama de enfermedades inflamatorias, alérgicas y autoinmunes, así como para manejar síntomas de ciertos tipos de cáncer. También se emplea en casos graves de inflamación, como en edema cerebral o shock séptico.

Efectos y Riesgos:

Reduce la inflamación y suprime la respuesta inmune. Puede causar insomnio, irritabilidad, aumento del apetito, hipertensión, retención de líquidos, debilidad muscular y, con uso prolongado, osteoporosis, síndrome de Cushing, diabetes inducida por corticosteroides y supresión de la función suprarrenal. Su uso debe ser supervisado cuidadosamente, especialmente en tratamientos prolongados o en dosis altas, para minimizar los riesgos asociados.

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LSD

LSD

¿Qué es?

Es una sustancia psicodélica derivada del ácido lisérgico, presente en un hongo que crece en el centeno y otros cereales. También conocido como ácido, suele consumirse en pequeñas dosis líquidas o impregnadas en papel secante.

Efectos y Riesgos:

El LSD altera la percepción sensorial, el pensamiento y el estado emocional, generando efectos como visuales intensos, distorsión del tiempo y sensaciones de conexión o trascendencia. Aunque no es adictivo, puede provocar episodios de ansiedad, confusión o pánico (“mal viaje”). En casos extremos, podría desencadenar trastornos psiquiátricos latentes. Su consumo repetido puede generar tolerancia rápida, y los “flashbacks” o percepciones alteradas días o semanas después de su uso son posibles riesgos psicológicos.

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