Efectos sobre el sistema nervioso: La dexametasona puede causar efectos secundarios como irritabilidad, ansiedad y trastornos del sueño, debido a su capacidad para alterar el equilibrio hormonal y afectar el estado de ánimo. La cafeína, por su parte, es un estimulante del sistema nervioso central que puede generar nerviosismo, insomnio y aumento de la frecuencia cardíaca. Aunque ambos fármacos pueden tener efectos sobre el sistema nervioso, no existe una interacción directa que potencie estos efectos de manera significativa.
Efectos sobre el sistema cardiovascular: La dexametasona puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca en algunos casos, mientras que la cafeína también puede provocar un aumento temporal de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Sin embargo, los efectos de ambos fármacos son generalmente leves y no se potencian de forma significativa al combinarse. No obstante, en personas con hipertensión o problemas cardíacos, esta combinación podría generar una exacerbación de los efectos sobre el sistema cardiovascular.
Efectos sobre el sistema gastrointestinal: La dexametasona puede causar irritación gástrica y aumentar el riesgo de úlceras si se usa a largo plazo o en dosis altas, aunque este efecto no es tan pronunciado en dosis terapéuticas. La cafeína también puede causar irritación gástrica y agravar síntomas de acidez estomacal o reflujo. La combinación de ambos podría incrementar la posibilidad de malestar estomacal, aunque el riesgo no es elevado.