Combinar cocaína con ibuprofeno conlleva riesgos, especialmente para el sistema cardiovascular y renal. La cocaína es un potente estimulante que aumenta significativamente la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que pone una carga adicional sobre el corazón y los vasos sanguíneos. Por otro lado, el ibuprofeno, aunque es un analgésico común, puede afectar la función renal, particularmente en personas deshidratadas o que lo usan en dosis altas. Juntos, estos efectos pueden incrementar el riesgo de daño renal y cardiovascular, como infartos o insuficiencia renal.
Además, la cocaína puede enmascarar los síntomas de malestar físico, como el dolor abdominal o la irritación gástrica que podría causar el ibuprofeno. Esto puede hacer que no se detecten problemas graves, como hemorragias gastrointestinales o daño renal, hasta que sea demasiado tarde. Es fundamental evitar esta combinación y estar atento a cualquier señal de advertencia, como dolor en el pecho, mareos, dificultad para respirar o cambios en la orina.