Aunque no existe una interacción farmacológica directa peligrosa, los riesgos psicológicos y físicos aumentan significativamente.
Efectos cruzados: El cannabis puede amplificar los efectos perceptuales y emocionales de los NBOMe, intensificando tanto los aspectos positivos como los negativos de la experiencia.
Riesgo psicológico: Los NBOMe ya tienen un alto riesgo de inducir ansiedad, paranoia y “malos viajes”. El cannabis puede aumentar estas emociones negativas, especialmente si se consume durante un pico psicodélico. La combinación puede dificultar el manejo emocional y cognitivo de la experiencia, aumentando el riesgo de descontrol mental.
Impacto físico: Los NBOMe son conocidos por su toxicidad en dosis moderadas o altas, y pueden causar aumento de la frecuencia cardíaca, hipertensión, convulsiones y colapso cardiovascular. El cannabis tiene un impacto físico menor, pero puede aumentar la percepción de malestar físico, como taquicardia, náuseas o mareos, lo que podría amplificar los síntomas adversos de los NBOMe.
Sobrecarga sensorial: Los NBOMe ya intensifican las percepciones sensoriales. El cannabis puede aumentar esta intensidad, lo que podría ser placentero para algunos usuarios pero abrumador y desorientador para otros.
Duración y sincronización de efectos: Los NBOMe suelen tener una duración prolongada (6 a 12 horas), mientras que los efectos del cannabis son más cortos. Consumir cannabis durante un pico de NBOMe puede intensificar momentáneamente la experiencia psicodélica, lo que puede ser difícil de manejar emocionalmente.
Riesgo conductual y entornos recreativos: La combinación de cannabis, que puede causar letargo o desinhibición, con los NBOMe, que afectan el juicio y la percepción, aumenta el riesgo de comportamientos peligrosos o impulsivos.