Efectos cruzados: Juntas, estas sustancias pueden intensificar los efectos estimulantes, causando sobreestimulación y dificultando la regulación de los niveles de energía y ansiedad.
Riesgo cardiovascular: Ambas sustancias aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Combinarlas puede sobrecargar el sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de arritmias, hipertensión o eventos cardíacos en personas vulnerables.
Riesgo de hipertermia: El MDMA afecta la regulación de la temperatura corporal, especialmente en contextos de actividad física intensa o en entornos calurosos (como fiestas o raves). La cafeína también puede aumentar la temperatura corporal y contribuir a la deshidratación, agravando los riesgos de hipertermia o agotamiento físico.
Impacto psicológico: El MDMA puede causar ansiedad o nerviosismo, especialmente en dosis altas o en personas sensibles. La cafeína, al ser un estimulante, puede intensificar estos efectos, aumentando la sensación de incomodidad o descontrol emocional.
Riesgo de deshidratación: Ambas sustancias tienen propiedades diuréticas y pueden contribuir a la pérdida de líquidos. Sin una hidratación adecuada, el riesgo de deshidratación severa y complicaciones físicas aumenta.
Sobrecarga del sistema nervioso: La combinación de dos estimulantes puede llevar a un estado de sobreestimulación, con temblores, sudoración excesiva y dificultad para relajarse o dormir.