No hay sinergia significativa: Las betacarbolinas y el ibuprofeno no interactúan directamente de manera que potencien o modifiquen los efectos de la otra sustancia de forma significativa. El ibuprofeno se centra en la reducción del dolor y la inflamación, mientras que las betacarbolinas modulan los niveles de neurotransmisores en el cerebro, sin influir en el efecto del ibuprofeno.
Efectos gastrointestinales: El ibuprofeno puede causar irritación gástrica y, en algunos casos, úlceras o sangrados en el tracto digestivo si se usa a largo plazo o en dosis altas. Si las betacarbolinas se toman en forma de bebidas como la ayahuasca, estas también pueden tener efectos irritantes en el estómago, aumentando el riesgo de malestar gastrointestinal, como náuseas o vómitos.
Potencial para aumentar efectos secundarios en el tracto digestivo: Si se usan en combinación con otras sustancias que puedan causar náuseas (como las betacarbolinas en infusiones), el riesgo de malestar estomacal podría ser mayor. Esto no es peligroso en sí mismo, pero podría generar incomodidad.
No se prevé interacción peligrosa en el sistema nervioso central: El ibuprofeno no tiene un efecto significativo sobre los neurotransmisores, por lo que no hay un riesgo elevado de interacción en el cerebro entre las betacarbolinas y el medicamento.