Efectos cardiovasculares: Atorvastatina tiene efectos protectores sobre el corazón, ayudando a reducir el colesterol y prevenir la aterosclerosis. El cannabis puede afectar el sistema cardiovascular de manera temporal, aumentando la frecuencia cardíaca y, en algunas personas, la presión arterial.
Sin embargo, no hay evidencia que sugiera una interacción significativa que cause un riesgo elevado cuando se usan juntas. Las personas con problemas cardíacos deben tener precaución al consumir cannabis debido a su capacidad para alterar temporalmente la función cardiovascular.
Efectos hepáticos: Ambos, atorvastatina y cannabis, son metabolizados en el hígado. Aunque el uso de cannabis no se asocia generalmente con efectos adversos graves sobre el hígado, atorvastatina puede causar un aumento en las enzimas hepáticas en algunas personas. Si una persona ya tiene problemas hepáticos o está tomando atorvastatina, el uso regular o excesivo de cannabis podría aumentar la carga sobre el hígado, pero no hay evidencia suficiente de una interacción peligrosa.
Efectos psicológicos y físicos: El cannabis puede afectar el estado de ánimo, la memoria y la percepción. En combinación con atorvastatina, que generalmente no tiene efectos sobre el sistema nervioso central, no se espera que haya una interacción sinérgica significativa.
Sin embargo, algunas personas pueden experimentar somnolencia o alteración del juicio, lo que podría afectar su capacidad para tomar decisiones o manejar ciertos vehículos o maquinaria.