Efectos opuestos sobre el sistema cardiovascular: La cafeína aumenta la frecuencia cardíaca y puede causar hipertensión temporal. El atenolol actúa para disminuir la frecuencia cardíaca y controlar la presión arterial.
Esto podría generar un efecto compensatorio, donde la cafeína «contrarresta» parcialmente el efecto del atenolol, aunque no lo anula completamente. En personas sensibles a la cafeína, este efecto podría ser más pronunciado, causando palpitaciones, nerviosismo o una sensación de latidos cardíacos irregulares.
Metabolismo y duración del efecto: La cafeína puede metabolizarse más lentamente en algunos individuos, especialmente si hay condiciones hepáticas o si se consumen dosis altas. Esto prolongaría el tiempo en que los efectos opuestos interactúan.
Sin embargo, el atenolol tiene un efecto consistente sobre los receptores beta-1, lo que limita el impacto de la cafeína sobre el corazón en dosis moderadas.
Efectos sobre el sistema nervioso central: El atenolol no afecta directamente el cerebro, pero la cafeína puede aumentar la ansiedad o el nerviosismo en algunas personas. En estos casos, los efectos tranquilizantes del atenolol sobre el corazón podrían no mitigar los síntomas de ansiedad inducida por la cafeína.
Posible tolerancia: Las personas acostumbradas a consumir cafeína regularmente pueden experimentar una interacción menos pronunciada que aquellas que no la consumen habitualmente.