Riesgo de taquicardia, hipertensión y estados maníacos.
Mezclar Anfetaminas y MXE Metoxetamina tiene
un incremento del riesgo y debes tener especial cuidado.
Estas combinaciones no suelen ser físicamente dañinas, pero pueden producir efectos indeseables e inesperados, como malestar físico o sobreestimulación. El uso extremo puede causar problemas de salud física. Los efectos sinérgicos pueden ser impredecibles. Se debe tener precaución al optar por usar esta combinación.
En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.
Efectos y riesgos
¿Tienes experiencia con esta mezcla?
Si has utilizado esta mezcla antes, te invitamos a compartir tu experiencia. ¿Fue positiva o negativa?
Drogopedia no se hace responsable de las opiniones aquí vertidas.
Anfetaminas
¿Qué es?
Son sustancias estimulantes del sistema nervioso central que incrementan la actividad cerebral. Se utilizan de forma médica para tratar trastornos como el TDAH o la narcolepsia, pero también se consumen de manera recreativa.
Efectos y Riesgos:
El consumo de anfetaminas genera euforia, aumento de energía, estado de alerta y disminución del apetito. Sin embargo, también puede causar insomnio, irritabilidad, aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial. Su uso recreativo o en dosis altas incrementa el riesgo de ansiedad, paranoia, comportamiento agresivo y daños cardiovasculares. El consumo prolongado puede llevar a dependencia, agotamiento extremo, deterioro cognitivo y síntomas psicóticos.
MXE Metoxetamina
¿Qué es?
La metoxetamina (MXE) es una sustancia disociativa sintética de la familia de las arilciclohexilaminas, químicamente relacionada con la ketamina y el PCP. Se consume de manera recreativa por sus efectos psicodélicos y anestésicos, aunque su desarrollo inicial fue como una alternativa más segura a la ketamina.
Efectos y Riesgos:
La MXE produce efectos disociativos como sensación de desconexión del cuerpo, alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio, e introspección profunda. En dosis más altas, puede provocar estados de confusión o experiencias intensas conocidas como “K-hole”.
Los riesgos incluyen náuseas, aumento de la presión arterial, pérdida de coordinación y deterioro cognitivo temporal. El uso repetido puede dañar la memoria, causar tolerancia y afectar la función urinaria, similar a la cistitis por ketamina. Aunque menos adictiva que otros disociativos, su abuso puede generar dependencia psicológica. Es una sustancia peligrosa en dosis altas y su consumo debe evitarse en contextos no controlados.