Su combinación puede amplificar ciertos efectos adversos, como sedación, pérdida de coordinación y riesgo de asfixia, especialmente en dosis altas o en contextos recreativos.
Efectos cruzados: La combinación puede intensificar la sedación y desorientación, lo que aumenta el riesgo de accidentes, asfixia o pérdida de control.
Riesgo de asfixia: El uso de óxido nitroso puede reducir temporalmente la capacidad de respirar adecuadamente si se inhala en grandes cantidades o de forma incorrecta. El alcohol, al deprimir el SNC, puede agravar este riesgo al disminuir la alerta y la respuesta respiratoria.
Impacto cardiovascular: Tanto el alcohol como el óxido nitroso pueden causar efectos como disminución de la presión arterial y cambios en la frecuencia cardíaca. Su combinación puede aumentar el riesgo de colapso cardiovascular, especialmente en personas con problemas preexistentes.
Riesgo de pérdida de coordinación y accidentes: El alcohol ya afecta significativamente la coordinación y el equilibrio. Combinado con el óxido nitroso, que puede causar mareos y desorientación, aumenta considerablemente el riesgo de caídas, accidentes o comportamientos peligrosos.
Duración de efectos: El óxido nitroso tiene una duración muy breve (1-5 minutos), mientras que el alcohol tiene efectos prolongados (varias horas). Esto puede llevar a un uso repetido de óxido nitroso, lo que aumenta el riesgo de hipoxia (falta de oxígeno) y desorientación prolongada.
Sobrecarga del sistema nervioso central: Aunque el óxido nitroso no deprime el SNC de manera significativa en dosis recreativas, su combinación con alcohol puede amplificar los efectos sedantes, aumentando el riesgo de pérdida de conciencia.