Efectos sobre el sistema nervioso: Acetilcisteína no tiene efectos importantes sobre el sistema nervioso central, ya que su acción se limita a la disolución del moco en las vías respiratorias y la protección hepática.
La ketamina es un anestésico disociativo que actúa sobre el sistema nervioso central, produciendo efectos de alteración sensorial y disociación. No se espera que la acetilcisteína interfiera con los efectos de la ketamina, y ambas sustancias pueden funcionar de forma independiente en el cuerpo sin interactuar entre sí de forma significativa.
Efectos sobre el sistema cardiovascular: Acetilcisteína no afecta al sistema cardiovascular de forma significativa. La ketamina puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede ser un riesgo para personas con problemas cardiovasculares. No se espera que la acetilcisteína modifique estos efectos, ya que no tiene un impacto directo sobre el sistema cardiovascular.
Efectos sobre el sistema respiratorio: Acetilcisteína tiene un efecto mucolítico, lo que ayuda a reducir la viscosidad del moco en las vías respiratorias y facilita su eliminación, lo que es útil para personas con afecciones respiratorias. La ketamina puede afectar la respiración en dosis altas, aunque en dosis terapéuticas se utiliza para inducir anestesia sin causar una depresión respiratoria significativa. La acetilcisteína no interfiere con los efectos respiratorios de la ketamina, y no se espera que esta combinación sea peligrosa desde un punto de vista respiratorio.
Efectos gastrointestinales: Acetilcisteína puede causar náuseas y malestar estomacal en algunas personas. La ketamina también puede causar náuseas y vómitos, especialmente en dosis más altas o durante el proceso de anestesia. En combinación, el uso de acetilcisteína y ketamina podría aumentar el riesgo de malestar gastrointestinal, aunque no se espera que esta interacción sea grave.