Mezclar Acetilcisteína y Alcohol tiene un
bajo incremento del riesgo y sin sinergia entre ellas.

Los efectos no son aditivos. Es poco probable que la combinación cause alguna reacción adversa o inesperada más allá de las que normalmente podrían esperarse de estas sustancias por separado.

Tipo de sustancias: Depresoras | Farmaco no psicoactivo

En general, la mezcla de drogas suele aumentar los riesgos y efectos impredecibles, por lo que se desaconseja, pero en cualquier caso es crucial informarse bien de antemano para proteger la salud. Nos guiamos por esta categorización de riesgos.

Efectos y riesgos

Efectos sobre el hígado: Acetilcisteína es conocida principalmente por su uso en el tratamiento de intoxicaciones por paracetamol (acetaminofén), ya que ayuda a restaurar los niveles de glutatión en el hígado y previene el daño hepático.

El alcohol es conocido por su potencial hepatotóxico, especialmente cuando se consume en grandes cantidades y de forma crónica. El consumo excesivo de alcohol puede dañar el hígado de manera significativa, lo que podría interferir con el metabolismo y la función hepática.

Sin embargo, acetilcisteína no tiene un efecto directo sobre la metabolización del alcohol, por lo que no se espera que interfiera significativamente con los efectos de este sobre el hígado. A pesar de esto, si se está consumiendo alcohol en exceso y se utiliza acetilcisteína, es importante tener en cuenta que los problemas hepáticos preexistentes podrían empeorar.

Efectos sobre el sistema nervioso: El alcohol actúa como depresor del sistema nervioso central, lo que provoca somnolencia, sedación y disminución de la coordinación. La acetilcisteína no tiene efectos sedantes ni de estimulación sobre el sistema nervioso, por lo que no interfiere directamente con los efectos del alcohol sobre la sedación o la cognición.

Efectos gastrointestinales: Ambos, acetilcisteína y alcohol, pueden causar malestar estomacal, náuseas o vómitos en algunas personas, especialmente si se consumen juntos o en grandes cantidades. La acetilcisteína es conocida por causar efectos secundarios gastrointestinales como náuseas o vómitos en algunas personas, y el alcohol puede irritar el estómago y aumentar la acidez, lo que podría exacerbar estos efectos.

Uso de acetilcisteína para intoxicación por paracetamol: En el caso de intoxicación por paracetamol, la acetilcisteína se usa para prevenir el daño hepático. Si alguien ha ingerido paracetamol junto con alcohol (lo cual es muy riesgoso), la acetilcisteína es una opción terapéutica importante para reducir el daño hepático. En este contexto, la combinación de acetilcisteína y alcohol es necesaria, pero debe ser supervisada médicamente debido al riesgo de daño hepático tanto por el paracetamol como por el alcohol.


Evitar mezclar fármacos con otras sustancias es clave, ya que podría afectar la evolución de tu enfermedad o provocar interacciones peligrosas, especialmente si el consumo es elevado. Consulta siempre a un profesional de la salud.

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Alcohol

Alcohol

¿Qué es?

Es una sustancia depresora del sistema nervioso central que se encuentra en bebidas fermentadas y destiladas como la cerveza, el vino y los licores.

Efectos y Riesgos:

Su consumo provoca relajación, desinhibición y euforia inicial, pero en dosis más altas puede causar somnolencia, pérdida de coordinación, deterioro del juicio y, en casos extremos, intoxicación etílica severa. El uso excesivo o regular puede generar daño hepático, enfermedades cardiovasculares y dependencia.

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