Efectos sedantes combinados: La combinación de acebutolol y benzodiacepinas puede resultar en una sedación profunda debido a los efectos de ambos fármacos sobre el sistema nervioso central. La somnolencia causada por las benzodiacepinas puede ser potenciada por la fatiga asociada con el acebutolol, haciendo que la persona se sienta más cansada o incapaz de realizar tareas cotidianas.
Posible hipotensión y bradicardia: Ambos fármacos pueden afectar la presión arterial y la frecuencia cardíaca de maneras complementarias. El acebutolol puede reducir la frecuencia cardíaca, mientras que las benzodiacepinas, al generar relajación profunda, también pueden reducir la presión arterial. Combinados, estos efectos pueden llevar a una hipotensión excesiva o bradicardia, aumentando el riesgo de mareos o incluso de desmayos, especialmente si se consumen en altas dosis o si la persona tiene presión arterial baja.
Reducción de la capacidad cognitiva y motora: La combinación puede provocar una disminución de la alerta mental y la coordinación motora. Esto puede hacer que las personas se sientan desorientadas, lentas en sus respuestas o incapaces de llevar a cabo tareas físicas o cognitivas complejas. La combinación de estos efectos es peligrosa en situaciones que requieran concentración, como conducir o manejar maquinaria.