Efectos sobre la presión arterial y el sistema cardiovascular: El alcohol puede reducir la presión arterial, lo que combinado con el efecto del acebutolol, puede provocar una disminución excesiva de la presión arterial, especialmente si se consume alcohol en grandes cantidades. Esto podría causar síntomas como mareos, desmayos o sensación de desmayo al levantarse (hipotensión ortostática).
Efectos sobre el sistema nervioso central: Tanto el alcohol como el acebutolol pueden inducir somnolencia o fatiga, pero no de forma sinérgica. El alcohol es un depresor central, mientras que el acebutolol no tiene un efecto directo en el SNC, aunque puede contribuir a la sensación de cansancio o fatiga debido a la reducción de la frecuencia cardíaca. Esto podría hacer que la persona se sienta más sedada o fatigada de lo habitual.