No hay una interacción directa conocida entre estas dos sustancias, ya que actúan en sistemas diferentes del cuerpo.
Impacto en el hígado: El paracetamol, aunque seguro en dosis terapéuticas, puede ser hepatotóxico (dañar el hígado) en dosis altas o si se combina con otras sustancias que lo sobrecarguen. La mefedrona no tiene un impacto directo en el hígado, pero su consumo puede causar deshidratación, agotamiento físico o una dieta irregular, lo que podría aumentar la vulnerabilidad del cuerpo a los efectos del paracetamol.
Riesgo de deshidratación: La mefedrona puede provocar deshidratación, especialmente si se consume en un entorno caluroso o durante actividad física intensa (como en fiestas o raves). Esto podría afectar la capacidad del cuerpo para metabolizar el paracetamol de manera eficiente.
Uso conjunto para «bajar» la fiebre: Si el paracetamol se utiliza para reducir la fiebre causada por el consumo de mefedrona (un efecto secundario común), debe administrarse con moderación para evitar exceder las dosis recomendadas.