Efectos cardiovasculares: La ketamina puede causar un aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que podría generar un estrés adicional en el sistema cardiovascular. Aunque el rivaroxabán no tiene efectos directos sobre la presión arterial ni la frecuencia cardíaca, el aumento de estos parámetros causado por la ketamina puede ser riesgoso en personas con condiciones cardiovasculares preexistentes.
Riesgo de sangrado: El rivaroxabán aumenta el riesgo de sangrados. Aunque la ketamina no tiene un efecto anticoagulante directo, la combinación con un anticoagulante como el rivaroxabán puede ser peligrosa si la persona sufre una lesión o accidente mientras se encuentra bajo los efectos de la ketamina.
Efectos sobre el sistema nervioso central: La ketamina puede alterar la conciencia, la percepción y la coordinación motora. Si una persona experimenta alteraciones significativas en su percepción o movilidad, el riesgo de accidentes, como caídas o golpes, puede aumentar. Esto puede ser particularmente peligroso si la persona está tomando un medicamento anticoagulante, ya que una lesión podría provocar sangrados difíciles de controlar.
Riesgo de efectos adversos no previstos: La ketamina tiene efectos disociativos y psicoactivos que podrían inducir comportamientos arriesgados o impredecibles. Esta imprevisibilidad aumenta el riesgo de accidentes o lesiones, que podría tener consecuencias graves debido al efecto anticoagulante del rivaroxabán.